Caminar es uno de esos hábitos simples que pueden cambiar tu día sin exigir tiempo, dinero ni equipamiento. Con solo 20 minutos al día, tu cuerpo y tu mente empiezan a notarlo más de lo que imaginás.
Caminar mejora la circulación y ayuda a que el corazón trabaje de manera más eficiente, algo clave para mantener una buena salud cardiovascular. También favorece la movilidad, afloja tensiones y reduce la rigidez que se acumula después de muchas horas sentado. Y no hace falta transpirar mucho: un paso cómodo y sostenido ya suma.
Además, esos 20 minutos son un respiro mental. Caminar baja los niveles de estrés, aclara la mente y mejora el estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas. Incluso puede ayudar con la calidad del sueño y regular el apetito.
A largo plazo, este pequeño hábito puede mejorar tu energía diaria, tu digestión y tu capacidad de concentración.
🚶♀️ Probá sumarlo esta semana: 10 minutos de ida, 10 de vuelta… y ya está.