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El impacto de la luz natural en tu energía diaria

No es casual que los días soleados nos levanten el ánimo. La luz natural no solo ilumina los espacios: también regula cómo nos sentimos, cómo pensamos y hasta cuánta energía tenemos para encarar la jornada. Nuestro cuerpo está diseñado para seguir el ritmo del sol, y cuando nos alejamos de él, lo pagamos con cansancio, falta de concentración y hasta cambios de humor.

El reloj interno que marca la luz

La luz solar es la que regula nuestro “reloj biológico” o ritmo circadiano. Es decir, le dice al cuerpo cuándo estar despierto y cuándo prepararse para descansar. Por eso, pasar gran parte del día en interiores, con luces artificiales, puede desordenar ese ciclo y hacernos sentir más apagados.

Lo que cambia con más luz natural

  • Más energía: exponerse a la luz de la mañana ayuda a que el cuerpo corte la melatonina (hormona del sueño) y aumente la sensación de alerta.
  • Mejor ánimo: la luz solar estimula la producción de serotonina, vinculada al bienestar y la motivación.
  • Sueño más profundo: recibir luz durante el día ayuda a que, llegada la noche, el cuerpo produzca melatonina de manera natural.

Dos gestos simples para aprovecharla

  1. Buscá la mañana: abrir las ventanas apenas te levantás, desayunar cerca de la luz natural o salir a caminar aunque sea diez minutos ya le da al cuerpo la señal de empezar el día.
  2. Cortá con encierro: si trabajás en interiores, hacé pausas para salir al aire libre. Aunque sea unos minutos, el cuerpo lo registra y lo agradece.

Un recurso gratuito y poderoso

No hace falta esperar las vacaciones para recargar energía. La luz del sol está ahí, todos los días, como un recordatorio de que nuestro bienestar también depende de algo tan básico como dejar que nos alcance un rayo de sol.

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