El corazón late unas 100 mil veces al día sin que lo notemos. Pero cuando algo no anda bien, suele avisar. El problema es que muchas veces esas señales se confunden con cansancio, estrés o “cosas de la edad”, y se dejan pasar. Reconocerlas a tiempo puede marcar la diferencia.
Síntomas que no deberías ignorar
- Dolor o presión en el pecho: no siempre es un infarto, pero nunca debería subestimarse. Puede ser señal de angina u otro problema cardíaco.
- Falta de aire: si aparece al subir unas pocas escaleras o incluso en reposo, puede indicar que el corazón no está bombeando con la fuerza suficiente.
- Palpitaciones irregulares: sentir que el corazón “se acelera” o late desacompasado es una señal de alerta que requiere evaluación médica.
- Hinchazón en piernas o tobillos: puede ser retención de líquidos asociada a insuficiencia cardíaca.
- Cansancio extremo: cuando la fatiga no tiene explicación clara, el corazón puede estar avisando que algo no anda bien.
Factores de riesgo silenciosos
Hipertensión, colesterol alto, diabetes, tabaquismo y sedentarismo son enemigos silenciosos del corazón. Muchas veces no dan síntomas hasta que el daño ya está avanzado.
Cuándo consultar
No hay que esperar a que el dolor sea insoportable. Ante cualquier síntoma persistente, lo indicado es consultar con un cardiólogo y realizar estudios simples como un electrocardiograma o análisis de rutina.
El corazón también se cuida
Más allá de la genética, la mayoría de los problemas cardíacos se pueden prevenir con hábitos: alimentación equilibrada, movimiento diario, chequeos médicos y manejo del estrés. Escuchar al cuerpo es escuchar al corazón, y hacerlo a tiempo puede salvar vidas.
