A veces elegimos un snack rápido “para salir del paso”, pero no todos nos dan la misma energía. Saber distinguir entre uno nutritivo y uno “vacío” puede cambiar cómo te sentís durante el día.
Un snack nutritivo aporta algo real: fibra, proteínas, grasas saludables, vitaminas. Te sacia, te estabiliza y evita esos picos de hambre que aparecen al rato. Ejemplos simples: fruta fresca, yogur natural, frutos secos, hummus con vegetales o un cuadradito de chocolate amargo con nueces.
Los snacks vacíos, en cambio, llenan pero no nutren. Suelen tener exceso de azúcar, harinas refinadas o grasas poco saludables: galletitas industrializadas, caramelos, papitas, facturas. Te dan energía rápida… que también se va rápido.
La clave es mirar qué te aporta ese snack, no solo cuántas calorías tiene. Elegir opciones con nutrientes te sostiene mejor y evita antojos constantes.
🥑 Guardá este tip para tus próximos antojos de media tarde.